El himno argentino sonaba en la noche de Nizhni Nóvgorod y un Lionel Messi cabizbajo parecía predecir lo que vendría. Argentina cayó por 3 a 0 ante Croacia y quedó al borde de la eliminación. ¿Sorpresa? Para nada.
Imposible no comprender la debacle sin incluir en el análisis los innumerables desaciertos que acompañan a la Selección y, sobre todo, su Federación desde hace varios años. El descalabro de la AFA, tras el extenso reinado de Julio Grondona, tiene sus consecuencias. Desde que el equipo fue subcampeón en 2014 pasaron tres entrenadores (Martino, Bauza y Sampaoli) con estilos totalmente contrapuestos, dos finales perdidas de Copa América (ambas con Chile), la renuncia de Messi y su arrepentimiento y una clasificación en Eliminatorias angustiante que formaron un combo explosivo que en Rusia da la sensación de haber estallado. La desorganización dirigencial es la misma de un equipo que se muestra perdido apenas suena el pitazo inicial del árbitro. Para colmo Sampaoli, con sus constantes vaivenes tácticos y modificaciones, parece aportar más confusión a un plantel derrotado anímicamente y que da la impresión de haber perdido confianza en su director técnico. En su ciclo de 13 partidos al frente de la albiceleste, jamás repitió una alineación. Ejecutó 81 variantes, convocó a 59 futbolistas y, al menos en una ocasión, 37 fueron titulares. Todo esto en apenas un año de gestión. A ello debe sumarse varias decisiones controvertidas. No convocó a Icardi, máximo goleador de la liga italiana; llevó algunos jugadores lesionados (Mercado, Rojo, Biglia) y un arquero que sólo jugó un puñado de encuentros durante el último semestre. Argentina no sabe a que juega y sus individualidades ya no pueden disimular sus enormes falencias. Ante Croacia, en un cotejo con más sabor a partido de eliminación que a primera fase, Sampaoli decidió borrar a tres históricos del once titular que decepcionaron con Islandia: Rojo, Biglia y Di Maria. Pero no sólo esto, también reformó el esquema táctico apostando a una línea de 3 defensores exponiéndose a un riesgoso mano a mano constante contra delanteros de primer nivel. Una locura. Sumando volantes ofensivos por las bandas (Salvio y Acuña), aún así la producción argentina en ataque fue otra vez discreta. En escasos momentos la Selección llevó peligro al arco defendido por Subašić. Más allá de los cambios de nombres y posiciones, la Selección navegó en la anarquía, apostando a posesiones extensas y estériles donde Messi se percibe incómodo. Argentina fue un rejunte de voluntades y el rosarino sufre la responsabilidad de ser el único generador de juego, quedando claro que, sin un andamiaje colectivo que lo rodee como en Barcelona, su rendimiento se diluye. La adversidad lo apaga y carece de una rebeldía que desde hace tiempo se le reclama. Un dato que resume su actuación fue que Caballero tocó más veces el balón que Leo durante la segunda mitad. Justamente el arquero, con un garrafal error, le permitió a Rebić y a Croacia encaminar un triunfo merecido que le asegura proseguir con tranquilidad en el Mundial. A partir de allí, Argentina quedó groggy y sin capacidad de reacción. Como sucedió en el debut, ante la primera adversidad el equipo se derrumbó. Los últimos veinte minutos fueron un monólogo croata. De las tres goleadas que lleva esta Copa del Mundo, la Selección fue protagonista de una de ellas equiparándose a Arabia Saudita (0-5 con Rusia) y Panamá (0-3 con Bélgica). Este, hasta el momento, es también el peor arranque en la historia de los Mundiales para los sudamericanos, superando las desastrosas experiencias de Italia ’34 y Alemania ’74. Como si fuera poco, ha sido la peor derrota en fase de grupos después del bochornoso 1-6 ante Checoslovaquia en 1958. Si bien las chances matemáticas todavía están, dependiendo de lo que pueda hacer Nigeria con Islandia, el futuro de la Argentina en el torneo tiene los días contados.
Redazione
Ultimi post di Redazione (vedi tutti)
- Il riscatto in una palestra - 17/11/2024
- Alla scoperta della Milano del calcio - 01/07/2024
- Il basket tra le sponde della Laguna - 07/03/2024